viernes, 13 de febrero de 2015

"FLAMENC@S DE VERDÁ" EL CAPULLO DE JEREZ.





CAPULLO DE JEREZ
El eco de Miguel Flores, "El Capullo de Jerez", encierra los secretos del flamenco más rancio. Es un artista a la vieja usanza, formado desde niño en la escuela de la vida y cantaor las veinticuatro horas del día. Un intérprete absolutamente personal, a quien se puede identificar, sin la más mínima duda, casi antes de que empiece a templarse. Posee el genuino soniquete de su tierra, pero aborda los cantes de una forma que le diferencia con claridad de todos sus paisanos. Como los grandes creadores, ha acuñado un sello propio. En el panorama flamenco de comienzos del siglo XXI, cada vez más monocorde, El Capullo resulta un personaje felizmente incatalogable.

Nació el 3 de abril de 1954, en la calle de Cantarería, en pleno corazón del barrio de Santiago, dentro de un patio de vecinos donde no pasaba una sola noche sin que se improvisara una fiesta colectiva. Allí se fraguaron sus primeros recuerdos musicales al lado de grandes como Terremoto, Tío Borrico o la Paquera. Asegura que sus letras y sus músicas salen de la vida.

Está completamente de acuerdo con El Sordera, venerable patriarca del cante jerezano, quien asegura que "para saber de esto, hay que trasnochar". Jerezano por los cuatro costados, se siente orgulloso de haber heredado en la sangre el particular ritmo que se imprime a la bujería en su tierra.

Pocos flamencos están tan pasados de compás como El Capullo y tienen esa capacidad natural de cuadrar siempre a la perfección los tercios. Y a la hora de bailar, tampoco hay que perderlo de vista. "Nuestro cante es distinto al de cualquier otro sitio", afirma. "Y con el baile pasa igual, aquí no sólo zapateamos, movemos las manos, el cuerpo..."

Después de casi tres décadas de rodaje profesional, adquiriendo poso en cientos de fiestas y reuniones, se encuentra en el mejor momento de su carrera.

Alfredo Grimaldos



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